Antecedentes del proyecto

La basura marina se define como “cualquier material sólido persistente, fabricado o tratado y desechado, eliminado o abandonado directa o indirectamente deliberada o involuntariamente en el entorno marino y costero”[1].

La Agencia Europea del Medioambiente (EEA) estima que cada año, cerca de 10 millones de toneladas de basura marina van a parar a los mares y océanos del mundo. Si bien los plásticos son el tipo de basura más habitual en el medio marino, la lista de residuos es interminable: redes de pesca, cuerdas, toallitas higiénicas, tampones, bastoncillos, etc. En el último informe sobre basuras marinas en las playas españolas durante 2015 (MAGRAMA, 2016) se han caracterizado los objetos más frecuentes que constituyen el denominado Top X, objetos que suman el 80% del total de objetos identificados. El Top X para España lo constituyen 16 objetos:

1 Piezas Plástico 0-2,5 cm 9 Espumas sintéticas
2 Cabos y cuerdas (Ø<1 cm) 10 Otros objetos plásticos
3 Colillas 11 Bolsas de la compra
4 Piezas plástico 2,5-50 cm 12 Piezas de madera < 50cm
5 Tapas y tapones plástico 13 Envases de comida
6 Bastoncillo de algodón 14 Pajitas / cubiertos / platos
7 Envoltorios dulces y snacks 15 Envases industriales/láminas
8 Botellas de bebida plástico 16 Latas de bebidas

 

 

Las basuras se encuentran indistintamente en todos los mares y océanos produciendo numerosos impactos sobre el entorno, la biota, la economía local y la salud de las personas. El 15% de los desechos que desembocan en el mar van a parar a la costa, otro 15% queda flotando en la superficie y el otro 70% restante queda atrapado en los fondos y se hunde en el lecho marino[2]. Es decir, visualizamos únicamente la punta del iceberg, la sociedad no sea consciente de la dimensión real de la problemática asociada a las basuras marinas.

Existen numerosas publicaciones científicas sobre desechos marinos centradas en definir el concepto y el origen[3], estudios sobre la distribución y la abundancia de residuos marinos en diferentes mares. Se han desarrollado protocolos de notificación, guías de monitorización[4] y empiezan estudios acerca de los microplásticos[5]. El paso siguiente es reducir la abundancia de basuras marinas, consiguiendo, para el 2020, un ‘buen estado medioambiental’ en el entorno marino, según las expectativas del Descriptor 10 de la Directiva marco sobre la Estrategia Marina (Directiva 2008/56/CE), que trata con desechos marinos.

Particularmente, el Golfo de Vizcaya es una zona de especial interés, ya que concentra numerosas actividades vinculadas a la pesca artesanal, comercial y al turismo. Así pues, es fundamental tener un entorno saludable para que estas actividades puedan desarrollarse. El coste para las administraciones del mantenimiento de las playas limpias es abrumador, se estima unos 350 millones de euros gastados anualmente en las costas europeas. Sin contar el esfuerzo económico y social en la educación ambiental, en el ecodiseño e impulso de nuevas modalidades de producción.

Basándose en esta necesidad, Life LEMA surge con el fin de contribuir a la gestión adecuada por parte de las autoridades locales de las basuras marinas que junto con programas de prevención y sensibilización para la población permitan ser de utilidad para abordar y dar soluciones a esta problemática.

 

[1] UNEP, Marine Litter: A Global Challenge, in: N. Meith (ed.), United Nations Environmental Programme,, Nairobi, Kenya, 2009, pp. 232.

[2] UNEP, Marine litter, an analytical overview, in: United Nations Environmental Programme (ed.), Nairobi, Kenya, 2005, pp. 47.

[3] S.D. Whiting, Types and sources of marine debris in Fog Bay, Northern Australia, Marine Pollution Bulletin, 36 (1998) 904-910.

[4] A.C. Cheshire, E. Adler, J. Barbière, Y. Cohen, S. Evans, S. Jarayabhand, L. Jeftic, R.T. Jung, S. Kinsey, E.T. Kusui, Lavine, I., P. Manyara, L. Oosterbaan, M.A. Pereira, S. Sheavly, A. Tkalin, S. Varadarajan, B. Wenneker, G. Westphalen, UNEP/IOC Guidelines on Survey and Monitoring of Marine Litter., in: IOC Technical Series No. 83, UNEP Regional Seas Reports and Studies, 2009, pp. xii+ 120 pp.

[5] P.G. Ryan, C.J. Moore, J.A. van Franeker, C.L. Moloney, Monitoring the abundance of plastic debris in the marine environment, Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 364 (2009) 1999-2012.